La semana pasada, mi colega César Campos de Confirmado, Mesa Central sabatina (Canal 7) me entrevistó sobre la posible llegada de Sir James Paul McCartney, y terminamos hablando no solo del tema que nos convocaba sino del fenómeno musical que vive Lima en estos momentos: lleno total para ver a Roger Waters, Soda Stereo, REM, Iron Maiden, Oasis, Kiss y B52 (en menor medida pues solo se habilitó la zona norte del Nacional), entre otros, y que los limeños estamos disfrutando los mejores momentos de nuestras vidas frente a nuestros ídolos de siempre.
Recordé que años atrás, cuando quedé frustrado con la cancelación de Bon Jovi o de Rod Stewart, la rabia me embargó, obviamente, el terror reinaba en este país y la gente esperaba que los medios confirmasen la llegada de la estrella para recién adquirir el boleto de rigor. Nadie creía en nadie. En esos años, todos los stars del rock and roll o del pop nos sacaban la vuelta con los argentinos, brasileños o chilenos y con justa razón: los apagones y coches bombas estaban a la orden del día y la sangre corría de manera gigantesca, además el gobierno de USA había declarada al país como “peligroso” para sus visitantes. El tiempo pasa y la cosa es distinta.
Han tenido que pasar muchas décadas para convertirnos en un point interesante y masivo, seguro, dinámico, y de calidad para los fans locales y también para los nacionales. Vale la pena recordar que en provincias también se ha generado una gran expectativa y miles de seguidores llegan a ver sus roqueros preferidos.
De otro lado, la marca Perú se ha posicionado en el colectivo de los grupos internacionales y cuando pisan suelo los stars hablan maravillas del pisco y/o de Machu Picchu. También, ya se comienza hablar de otros lugares turísticos como las Líneas de Nazca o Kuelap o de nuestra asombrosa y sabrosa culinaria que ha conquistado miles de paladares. Y todos ganamos, por ejemplo, hay inversión publicitaria, se genera divisas, aparte del fisco claro está, y valgan verdades gana desde el que vende el poster, el sanguchón, la cerveza hasta el cuidador de autos, CDs, polos, llaveros, diversos souvenirs, e incluso hasta el revendedor. Es decir, gana el Estado, el empresario, y la sociedad en general.
Sería bueno (lo estuvo haciendo) que la ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, con la simpatía que la caracteriza y lo open mind que es, visite a estos roqueros y los nombres “embajadores” de la buena onda de los peruanos para que hablen al mundo de este gran país.
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