Mi tío Christian Vallejo me dijo un buen día que lea un librito apellidado “La Tregua” y que mi vida no sería igual luego de captar la esencia de ese magistral compendio de letras y mensajes. Y fue así, no fui el mismo. Luego vino “Inventario” que me lo robé de Christian por poco tiempo. Tuve que comprarlo en Quilca de segunda porque nuevo era un dineral. En ese “Inventario” descubrí un mundo distinto, luego vino una obra que me dejó pasmado en mi época más revolucionaria y punkeke: “El cumpleaños de Juan Ángel” y el cuento “En la otra orilla” del libro Montevideanos y “Primavera con la esquina rota” y “Geografías”, “Andamios” y “La borra del café” y un largo etcétera. Todos estos libros y más, todos en verdad, los guardo son sumo aprecio y bondadoso cariño. Todos siguen en mi biblioteca y siempre que la vida me juega una mala pasada releo estas prosas o poéticas que me dan fuego al alma en mi espíritu de acero. Y no solo fue literatura, también hay música. El cantautor Daniel Viglietti y Joao Manuel Serrat han musicalizado sus poemas y la han popularizado por el mundo. Basta escuchar a Viglietti con Benedetti en el álbum “A dos voces” para darse cuenta de la gran humanidad de este vate y ese legado que a lo largo de casi 90 años ha plasmado una obra abundante y prolija. No me queda más que agradecerle por la enseñanza recibida y gracias a estos libros comprendí que la ternura y la perseverancia son dones que hay que cultivarlos para siempre. Adiós, Maestro.
Mario Vallejo
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