DF. El sol husmea lentamente y Ciudad de México se alza deslumbrante, largas colas de carros hacen presagiar un día más en la capital mexicana, agitada, hospitalaria, eufórica y optimista, es además el centro político y económico del país. Voy al museo de Frida Kahlo denominada "La casa azul" y quedo deslumbrado, una casuna cuya arquitectura es fuera de serie, allí nació la gran artista, creció, donde posteriormente vivió con su marido Diego rivera, y donde murió, en 1954 a los 47 años. Tras los muros azul cobalto ella construyó su mundo. Aquí se respira la presencia de su fecundo espíritu creador. Luego de eso me voy a un discocentro y me empapo sobre la historia del rock mexicano que ha pasado por muy diversas etapas y ha logrado tener un sello propio. Despega de lleno en 1991 cuando grupos como Los Rebeldes del Rock, Los Teen Tops, Los Locos del Ritmo, Los Hoolligans, entre muchos otros, empezaron a grabar versiones en español de éxitos de rock and roll en inglés de Elvis Presley y Little Richard, entre otros. Para fines de la década de los años ochenta, comienza el movimiento denominado "Rock en tu idioma", y surgen las bandas líderes del movimiento, Caifanes, Kenny y Los eléctricos, Maldita Vecindad, Bon y Los Enemigos del Silencio, Ritmo Peligroso, Neon, Fobia y Los Amantes de Lola, logran ventas exorbitantes.
Hacia fines de los años noventa, con una industria mucho más desarrollada, salen a la luz grupos como Las Víctimas del Doctor Cerebro, Molotov, Café Tacuba, Las Ultrasónicas y Control Machete y en la década del 2000, bandas como Kinky, División Minúscula, etc. surge además un movimiento de grupos que mezclan el ska jamaiquino con ritmos latinos, rock, hardocre, punk, etc, como Panteón Rococó, Los Estrambóticos, La Tremenda Korte, Sekta core!, La Matatena, entre otros estilos más bien urbanos, que dan vida a la movida musical muy particular que este gran país, y de una industria sonora que valel a pena destacar.
Mario Vallejo.
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